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Calidez. Lejos de lo que se pueda pensar, no se trata de un material frío y que contribuya poco a crear una sensación de hogar. Precisamente, el hecho de que refleje la luz, permite recrear ambientes cálidos o brillantes, llenos de claridad y muy acogedores. Latón amartillado o simplemente metalizados consiguen una buena dosis de luminosidad, brillo y esplendor, en el que la mezcla contribuye a sofisticar un ambiente con pinceladas mínimas. Se trata de un material asociado a las casas señoriales y de otra época, pero pequeños adornos con diseños actuales son los que permiten que releguemos esa imagen al pasado, para adaptarlo a ambientes urbanos. Brillo sutil. Si su vivienda dispone de escaleras, aproveche la llegada de invitados para colocar unos faroles con velas en los primeros peldaños. Una vez encendida la llama, su resplandor no solo se reflejará en el cristal, también los bordes metalizados y la anilla para asirlo ayudan a crear una cálida atmósfera. Las velas son un elemento recurrente y muy habitual para añadir este toque de sutileza. Sobre la mesa. Lámparas de cocina que caen sobre las islas centrales o, bien a un lado u otro de la mesa para comer, dotan al espacio de mayor entidad manteniendo su lado práctico. La mesa se enriquece si pone sobre ella una jarra de latón amartillado, como si los golpes dijeran mucho de su historia. Sin embargo, su relato es reciente, pero no por ello menos interesante. |
miércoles, 2 de octubre de 2013
Ambientes elegantes, lha
Ambientes elegantes
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