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A menudo, encontramos ciertos problemas decorativos, estructurales y/o funcionales en nuestro cuarto de baño: la ausencia de ventanas, el poco espacio y el uso de determinados materiales como la madera, pueden ocasionarnos verdaderos quebraderos de cabeza. Sin embargo, todo tiene solución.
Disponer de un cuarto de baño sin ventanas es algo más común de lo que deseamos, no sólo por la falta de ventilación, sino también por la falta de luz que esto supone. Para el primero no tenemos muchas opciones a excepción de la colocación de ciertos elementos decorativos de olor agradable como jabones, plantas, aceites, flores secas o, en última instancia, espráis o ambientadores. Por su parte, el problema de la iluminación podemos solventarlo mediante bombillas de bajo consumo y luz blanca. Los tonos fríos nos proporcionarán mayor luminosidad y mejor visión que aquellos más cálidos.
El que nuestro baño sea un espacio pequeño es también más que normal. Pese a la importancia que tiene este lugar en nuestro hogar, por lo general, suele ser una de las zonas más pequeñas y, por lo tanto, más difíciles de distribuir y decorar.
Como explican en 20minutos.es, para agrandar la estancia es indispensable crear, para empezar, una sensación de limpieza visual. Para ello, colocaremos a la vista los elementos indispensables, limitando en lo posible el número y el tamaño de los muebles y sanitarios. En espacios muy pequeños optaremos por plato de ducha, en lugar de la bañera, y por mamparas transparentes, en lugar de las opacas o las cortinas de baño. Además, nos decantaremos por radiadores, a poder ser, planos, mucho mejor si son también toalleros. Si tenemos posibilidad de obrar, cambiaremos la tradicional puerta de bisagras por una corredera.
Una opción mucho más sencilla para crear espacios más amplios es dejar a la vista los elementos indispensables, ocultando el resto como toallas y otros complementos de baño. El color de los muebles también influirá en la sensación de amplitud del lugar, siendo las tonalidades claras y brillantes aquellas que más agrandan el espacio. Además, colocar espejos, siempre que se pueda, hará que rebote la poca luz que haya y parezca una estancia más luminosa.
El uso de la madera en zonas como el baño resulta, cada vez más, muy común, no sólo en muebles, sino también en suelos y paredes, si bien el agua y la humedad no son los mejores aliados de este material. Lo ideal es que nos aseguremos de que la madera ha sido tratada para resistir esas duras condiciones. Para ello, debemos elegir un tipo de madera especialmente dura, poco porosa y con un acabado de aceite que funcione a modo de aislante térmico.
Por lo general, las maderas tropicales más oscuras son las que más y mejor resisten el exceso de humedad, pero, igualmente, habrá que tener cierto cuidado con su uso y mantenimiento, ya que el cuarto de baño es un lugar con cambios bruscos y considerables de humedad.
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