El horno, al igual que el resto de los electrodomésticos, se ve afectado por el paso del tiempo y su frecuencia de uso. Sin embargo, es sumamente importante mantenerlo limpio y reluciente, pues no solo se trata de una cuestión estética sino también de higiene.
Para nadie es un secreto, que cada vez que utilizamos el horno, la suciedad y la grasa de las comidas se va quedando dentro, y si no lo limpias con frecuencia la tarea podría tornarse muy complicada y engorrosa. Es por ello, que queremos compartir contigo una serie de pasos prácticos y sencillos, que te facilitarán su aseo.
Paso a paso:
Lo primero que debes hacer, es encender el horno a temperatura fuerte, posteriormente al cabo de unos 10 minutos procede a bajar la intensidad a termino medio.
Una vez que esté tibio, colócate unos guantes de goma y procede a aplicar bicarbonato de sodio en las parrillas y en las bandejas del mismo, dejándolo actuar por una hora aproximadamente para que actúe. Esto permitirá que la grasa y la suciedad que tanto cuestan remover, cedan.
Pasado el tiempo establecido, procede a apagar el horno, deja que enfríe un poco y con mucho cuidado, pasa un paño húmedo por la puerta, las parrillas y la bandeja, a fin de comenzar a eliminar la suciedad. Notarás como toda la grasa comenzará a desprenderse con facilidad. Repite el proceso todas las veces que lo consideres necesario.
Finalmente, cuando hayas logrado eliminar todo el exceso de grasa y sucio, procede a pasarle otro trapo previamente humedecido con suficiente agua y alcohol, a fin de devolverle el brillo a las rejillas y bandejas percudidas. ¡Listo!
Inténtalo, verás que es muy sencillo… Y recuerda, si realizas este procedimiento cada vez que utilices el horno, la tarea de limpiarlo será cada vez más sencilla. Todo está en la constancia.
Fuente: conlallave.com
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